En vivo · Anneke van Giersbergen y Anathema — Teatro Caupolicán (31/07/2011)
El mejor recital al que he ido desde que vi a Queens of the Stone Age y Pixies el año pasado. Corta. ¿Con qué lo estoy comparando? Bueno, desde aquel día 9 de octubre de 2010 hasta hoy he tenido la oportunidad de asistir a las dos jornadas de Lollapalooza y, además, a los shows de Suicidal Tendencies, The Mars Volta, Rage Against the Machine, Rush, Manuel García (dos veces), Yes, Secret Chiefs 3, Primus, Faith No More, Cat Power y Paul McCartney. Con todo eso es que estoy comparando lo de Anneke y Anathema y, por tanto, espero que se entienda que lo que estoy diciendo no es menor. No al menos para los que hayan ido a algunos de esos recitales. Y si usted no fue a ninguno de esos shows, no importa, no es requisito para que lea lo que sigue después del salto.
En vivo · Manuel García — Teatro Caupolicán (22/07/2011)
Si quiere leer una reseña como la gente, pase por Rockaxis o Emol. Ahora, si se quiere empantanar en mis descripciones y visiones más que personales, sin nivel alguno de objetividad, prosiga con la lectura de este post.
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Me vi en apuros. Sí, porque asistí a este concierto con la idea de escribir acerca de él, pero en un momento no me gustó lo que estaba presenciando. Y claro, podría haber criticado el espectáculo, total, en este espacio estoy emitiendo una opinión, la que se concibe a través de mi experiencia personal, mi estado de ánimo, mis expectativas, mi visión… podría haber relatado por qué el resultado del show no había sido de mi agrado, exponer unas cuantas ideas, funar de alguna forma el recital, despedirme, apagar el PC, y olvidarme del asunto. Ese podría haber sido mi comentario, pero no me gustaba la idea de tener que realizar algo de aquel estilo. Sin embargo dicha noche, por un instante, creí que ese sería el tono de estas palabras y ello me incomodaba. La historia final sería distinta.
La cuestión fue así. Para mí, el concierto empezó extraño. Un lugar tan amplio para un músico que funciona tan bien en lugares de menor aforo fue una gran apuesta. La lógica, en todo caso, luego de haber llenado dos veces el Teatro Teletón. Manuel García, en esta ocasión con una banda de alrededor de 10 personas (conjunto de cuerdas, coro, batería, percusiones, guitarras, teclado, bajo y posiblemente otros instrumentos que ahora se me van de la memoria), apostó en un comienzo por llenar el espacio con su banda. Y no necesariamente con temas a los que se les podría etiquetar de rockeros o “de grupo”, sino que también realizando nuevos arreglos a un par de composiciones que en los discos están marcadas por su figura de cantautor.